viernes, 17 de julio de 2015

Braceo en la carrera

Cuando nos referimos a la técnica de carrera nuestra atención se centra espontáneamente en la posición de las piernas y caderas ya que son la principal fuente de impulso de cada zancada. Si ascendemos un poco y nos paramos a analizar la posición de los brazos podemos encontrar graves errores que estarán perjudicando distintos aspectos como la eficacia empleada en el tayecto, sea la distancia que sea. Es probable que nunca te hayas fijado, pero leyendo este post te quedará un poco más claro cómo actua la posición de los brazos cuando salimos a correr y cual es la más idonea. Atento para aplicarlo a la práctica:

Es obvio que corremos con las piernas, pero este movimiento requiere una participación coordinada de todo el cuerpo actuando como un sistema.

El movimiento de los brazos es esencial para poder correr bien porque equilibran el movimiento de las piernas.

Esto tiene repercusiones directas en el entrenamiento de la técnica y a la hora de plantear el desarrollo muscular del corredor.

Tradicionalmente se ha dicho que los corredores de maratón, veían perjudicado su rendimiento si fortalecían mucho los brazos porque se cargaban de un peso que luego tenían que movilizar.

El tiempo y los estudios han demostrado que la acción de los brazos en la carrera de resistencia ayuda a desahogar cada paso que damos, retardando la aparición de la fatiga, especialmente la de las piernas, que son las que más trabajan.

Si aceptamos que en las carreras de más resistencia se precisa un buen fortalecimiento del tren superior, no tendremos dudas a la hora de plantearlo para cualquier otra especialidad.

El braceo cumple 2 funciones en el movimiento de carrera:

– Equilibrar las rotaciones de cadera y tronco que se producen al dar los pasos más amplios. Si probamos a correr con los brazos pegados al cuerpo sin compensar los pasos de la carrera, veremos como nos tambaleamos hacia los lados y perdemos equilibrio y estabilidad en el movimiento. Es agotador y no nos permite correr bien.

– Colaborar en una mayor impulsión. El esfuerzo lo hacen las piernas, pero un braceo enérgico ayuda a que la impulsión sea más poderosa y económica.


     Correr no solo consiste en tener buena técnica en las piernas, si no cuidas el movimiento de tus brazos perderás mucha ayuda. Llevar los brazos casi inmóviles, colgando a los lados del cuerpo, será igual que llevar pesas adicionales. Sin embargo, al moverlos con un braceo rítmico, éstos empiezan a ayudar a tus piernas para andar con menor esfuerzo.

Bracear correctamente da mayor estabilidad al correr, le exiges a tu cuerpo un cierto contra-balance entre el esfuerzo de tus muslos y el que hacen tus tríceps (parte posterior del brazo) cuando braceas hacia atrás. Ante um típico mal paso o irregularidad del camino, es menos probable que caigas.

Debes mantener los codos siempre empujando hacia atrás, nunca permitas que tu codo sobre pase o se anteponga a tu cuerpo, llevando el puño muy hacia arriba, porque eso genera que tus piernas se extiendan de manera excesiva y asiente una pisada con talón, con mayor impacto en la pisada, la cual será ineficiente.

Que tus hombros sean como péndulos libres, no contraigas los músculos de la espalda tratando de mantenerte muy recto o con los brazos lejos de tu cuerpo. Un braceo forzado pondrá estrés innecesario y gastarás más energía.

Bracea manteniendo los codos en un ángulo de 90º o menos, tus manos nunca deben estar por debajo de tu cintura. Si corres con los codos en un ángulo mayor la frecuencia del braceo será menor, tu cadencia (frecuencia de paso) será más lenta, y tendrás mayor impacto en los pies, por consiguiente más probabilidad de dolor en los mismos y una carrera trabajosa y lenta.

Bracea sin cruzar la línea media de tu cuerpo, tu braceo debe ser hacia adelante y hacia atrás, sin movimientos laterales. Cuando corres dando codazos, llevando tus manos a cruzar la línea media de tu cuerpo tus caderas y tus pies también siguen a tus brazos en ese movimiento de giro, y eso te hace más propenso a lesiones de caderas, rodillas y espalda baja.


Manos relajadas, no cerradas en un puño. Debes llevar tus manos como si tuvieras un pequeño objeto frágil. Las palmas de tus manos deben mirarse entre sí. Es muy común que al irte cansando aprietes los puños, esto produce estrés desde las manos hacia los codos, los hombros, el cuello y cambia toda tu mecánica de correr. Recuerda que en carreras largas es de suma importancia conservar energía, por lo tanto, es una muy buena práctica el que te evalúes de continuo para revisar el estado de toda tu manera de bracear.


Para comprobar nuestra ténica de carrera, ya sea brazos, piernas, espalda... da muy buen resultado el grabarnos en vídeo para pocer vernos a nosotros mismos cómo corremos. Muchas personas no saben que tienen defectos al correr porque no se ven y muchos e estos defectos son fácilmente corregibles si los conocemos.

Practica siempre tu técnica de braceo y verás cómo mejoras en las carreras, no importa la distancia que elijas.

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